10 de septiembre de 2010

Parar el tiempo, y estar en off.


Era finalmente verdad el parecer estar en un sueño de lienzo, y estar en vivo; pero también era verdad el parecer estar en una pesadilla y estar en vivo. Los logros y triunfos, me acompañan de derrotas, humillaciones y caídas. A veces pasa que un día, demostras lo que nadie pensó, lo podes todo; "imparable", entre comillas por supuesto. Y otro día, no te sale ni una. Ni de 10, ni de 9, ni de 8, menos que un cero. Es verdad que siempre hay días y días, semanas y semanas, y años y años. Pero no toda la vida vas a estar comparando los días extremos. Los extremos nunca son buenos, y de eso se trata toda esta meta que uno sigue a lo largo de su vida; de buscar una posición regular, o cómoda. En principiantes, es muy común obtener este tipo de "días y días". Pero, creo personalmente, que la confianza que uno se tiene, hace lograr el triunfo, o no necesariamente el triunfo, pero si al menos, el mínimo objetivo planteado a seguir. Y ahí esta; se trata de recuperar la base, y afrontar el error, no tenerle miedo a la vergüenza. Pronto reaparecerá la valentía, no rendirse. Son diferentes términos que al momento de afrontarlo en vivo, no se asimilan. Parece una especie de horóscopo lo que estoy escribiendo, pero me gusta remarcar el tono en la palabra confianza, porque en la medida que te lo propongas, se consigue. Recuerdo cuando callábamos la respuesta por miedo a equivocarnos, recuerdo cuando no preguntábamos por miedo a parecer estúpidos, recuerdo cuando miraba para otro lado o me escondía para que no me preguntara, recuerdo cuando no me animaba a tirar al aro, por miedo a errarla, recuerdo cuando no pitaba las faltas, por temor a ser injustas, todos estos tipos de acciones, obviamente lo recuerdo, no porque tenga la memoria super desarrollada, los recuerdo porque son recientes, se siguen haciendo, pero cada vez menos veces. Sin embargo parece que algunos padecen el miedo a tratar de mejorarse, aunque sin embargo, se creen sin argumentos. Los argumentos justifican el fin. Sin embargo, el tiempo es corto y de suma importancia. Siento en mi mano, como la arena se desliza, y pienso en como sentiría la arena deslizarse cuando tenga 80 años, pienso en que no necesito de anteojos para poder escribir esto, y sin embargo se que pasados los 50, voy a necesitar de unos. Ahora bien, las complicaciones aparecen ya desde la adolescencia en como usar y aprovechar el tiempo, si dedicarlo al ocio, o si dedicarlo al merito, esfuerzo y dedicacion. De adulto aparecen los arrepentimientos, y es a donde no queremos llegar. El futuro deseado y esperado llega de la mano de arrepentimientos, al igual que la vida de vago. Numerosas entradas y salidas tendrás, pero ninguna como la primera. Ojala la vida se dividiera en varias etapas, en donde en cada una podamos arrancar de 0 todo.

No hay comentarios: